Por: Yaneiry Sanabria Fecha: 21 de febrero 2019                                            5:00 pm

Undécimo grado

La masacre de El Salado hace parte de los conflictos más relevantes en la época contemporánea de Colombia. Un hecho atroz cometido por 450 paramilitares que inició el 16 de febrero y culminó el 21 del mismo mes durante el año 2000, para ese entonces, El Salado contaba con aproximadamente 6.500 habitantes. 

Esta barbarie a mando de los paramilitares alias ‘Amauri’, el ‘Tigre’ y ‘5-7’ acabó cruelmente con la vida de 60 indefensas personas; siendo la cancha de microfútbol el escenario donde se cometió esta masacre en presencia de los Salaeros. Este hecho provocó el éxodo total del pueblo convirtiéndolo en un pueblo fantasma.

Se dice que el caserío ya estaba advertido, pues en 1997 un grupo paramilitar asesinó a cinco campesinos sin razón alguna y en el año 1999 un helicóptero sobre voló El Salado con un mensaje de advertencia. Es así como para el año 2000 llegaron los paramilitares que estaban al mando, los cuales ya se habían divido la entrada a El Salado desde el Carmen de Bolívar, ya estando en el pueblo se dispusieron a saquear las casas de quien fuera, prendiendo sus equipos de sonido, acompañado de tambores y otros instrumentos para festejar el acto de terror que estaban cometiendo en aquel caserío, hecho que actualmente habita en la memoria de los Salaeros y de los colombianos. 

Veinte años después El Salado cuenta con 1.500 habitantes, quienes afirman que lo melancólico no es perdonar y olvidar, sino retornar. Actualmente es un caserío que se sustenta a base de la agricultura y el sueño de sus habitantes es volver a ser el productor número uno de tabaco en Colombia. Esta población cuenta con la <<Casa del pueblo>> un lugar de resiliencia y reconciliación para sus habitantes, aunque el crecimiento y reestructuración de este caserío avanza a paso lento, cuenta también con el apoyo de empresas privadas que le apuestan a la paz, vinculando a la población a cada uno de los proyectos de productividad, educación, salud, reconciliación y vivienda etc. 

Esta población espera seguir aportando desde su productividad, su perdón y reconciliación al avance de lo que es el nuevo Salado, para hacer de este territorio un lugar de paz.