¿Has escuchado hablar sobre la cultura de la contribución?, pues bien, la cultura tributaria es el proceso mediante el cual el Estado da a conocer al contribuyente las responsabilidades que tiene este en materia tributaria, cuyo objetivo principal es diseñar estrategias que permitan educar a la ciudadanía en materia fiscal, generando conciencia del buen uso de los bienes públicos y servicios que se brindan.
Así mismo, Ataliba (2000) menciona que, “la cultura tributaria es el comportamiento que adoptan los contribuyentes, la manifestación frente a la administración tributaria, la forma como enfrentan los contribuyentes sus deberes y derechos frente a la administración tributaria. Es la forma de ser de los contribuyentes frente al sistema tributario. La cultura tributaria es un proceso. Es el epílogo de un proceso. Dicho proceso se inicia con la educación tributaria, continua con la generación de conciencia tributaria y termina en la cultura tributaria, es decir con la manifestación de una forma de vida frente al sistema tributario del país”.
Dado lo anterior, es evidente que la cultura de la contribución es una estrategia dinámica, cuyo enfoque primordial es motivar a los ciudadanos a generar conciencia económica respecto al pago de las obligaciones a nivel tributario, por ello, en Colombia a través de la constitución de 1991, en el artículo 95, numeral 9, se menciona que el ciudadano está obligado a contribuir al financiamiento de los gastos e inversiones del Estado dentro de los conceptos de justicia y equidad. (Congreso de la República, 1991).
De esta forma, las personas cuyo lugar de residencia sea en Colombia, son quienes deben contribuir al sostenimiento de la nación, dicha contribución se efectúa mediante el pago de impuestos, tasas o tributos, cabe mencionar, que este proceso de contribución está regulado por el Estado, así lo señalan Castillo & Castillo (2016); “Para que el Estado pueda cumplir con su obligación constitucional de velar por el bien común y proporcionar a la población los servicios básicos que ésta requiere, necesita de recursos cuya principal fuente son los impuestos pagados por los contribuyentes”.
Por otra parte, es correcto definir que la cultura tributaria debe tener un enfoque educativo, para ser aplicado en toda la escala de la sociedad, así lo plantea (Bonilla, 2014); “la cultura tributaria implica una labor educativa y debe hacer parte del cotidiano vivir, debe estar en la capacidad de preguntar cuál es el papel del ciudadano dentro de la sociedad, promoviendo valores, símbolos, imaginarios, creaciones, emociones, comportamientos y percepciones orientadas a la contribución tributaria progresista y con equidad”.
En este orden de ideas, resulta imprescindible aplicar mediante estrategias dinámicas el concepto de la cultura de la contribución en las instituciones educativas, precisando que los jóvenes son la base de la sociedad, por ello, la importancia de educarlos y direccionarlos para que en un futuro contribuyan al Estado, de esta manera, la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) emitió la Resolución 000039 de 2020, “Por la cual se implementa y desarrolla el Programa “Cultura de la Contribución en la Escuela” en Instituciones Educativas (IE) de educación básica primaria, básica secundaria y educación media a Nivel Nacional”.
Según Camilo Hernández (2020) el programa aplicado por la DIAN se plantea como: “una estrategia para desarrollar a cabalidad los objetivos de la política de cultura de la contribución, y como una táctica pedagógica orientada al fortalecimiento de la educación fiscal apoyada en el desarrollo de las competencias ciudadanas.”
Es así como, la cultura de la contribución debe fomentar lineamientos cuyo punto de partida sea la educación, por ende, es necesario que en todas la instituciones educativas de Colombia, se impartan clases que concienticen a sus estudiantes sobre la relación existente entre el Estado y el ciudadano, cabe señalar, que en los hogares también se debe implementar estrategias que brinden a los niños y jóvenes una noción clara y objetiva sobre la importancia del contribuyente para el Estado, ya que desde temprana edad, es significativo obtener los conocimientos necesarios respecto al pago de tributos, con el objetivo de no evadir las obligaciones futuras.
En síntesis, la cultura de la contribución pretende educar a los ciudadanos en que existen múltiples maneras de aportar en beneficio del interés general, pues contribuir no es sinónimo de pagar, si no por el contrario es aportar, cuidar y controlar los recursos y bienes públicos de la nación, en consonancia, el mejor camino para generar cultura en todos los colombianos es a través de la educación en las aulas de clase, pues de esta forma, construiremos y forjaremos confianza en las instituciones al priorizar y consolidar un verdadero Estado Social de Derecho.
Por: Laura Natalia Núñez Cuellar, Paula Andrea Vargas Martínez & Nikol Dayana Zapata Ríos.
Técnicas en Contabilización de Operaciones Comerciales y Financieras
Grado 11C – Promoción 2021 – IE Sagrados Corazones