Durante la mañana del 25 de julio, se reunió la Institución Educativa Sagrados Corazones en la Catedral Nuestra Señora de Lourdes para celebrar el inicio de un nuevo semestre escolar, lleno de ilusiones, deseos, proyectos e iniciativas que se presentaron ante el Señor, para que acoja y dé los dones necesarios a cada integrante de esta comunidad para lograr llevarlas a cabo con entusiasmo.
De nuevo es el momento de plantear metas y objetivos para tener claridad de cómo trabajar por ellos. Es ahora cuando se deben lanzar preguntas por los retos personales a los que nos enfrentamos sabiendo que siempre vamos a contar con la ayuda del Espíritu invisible pero transformador, gracias al cual somos capaces de continuar intentando ser mejores cada día.
El evangelio coloca frente a cada persona una realidad pedagógica que se puede comparar con la vida, somos como la tierra que el labrador trabaja para recoger su cosecha: ¿Qué clase de terrenos somos en manos del Señor?
Terreno pedregoso: que acoge la semilla, la deja crecer, pero después de un tiempo el entusiasmo se pierde y acaba con lo poco que ha conseguido, a pesar del esfuerzo.
Camino: donde las pinceladas de Dios son como la semilla que cae, pero las distracciones y los comportamientos de otros nos convencen de no aprovechar al máximo los dones que Dios ha colocado nuestras manos.
Tierra buena: donde se obtienen los mejores logros gracias al esfuerzo, dedicación y esmero en poner a producir los talentos con los que Dios nos ha dotado como seres humanos.
De igual manera, se presentó la luz como símbolo que aporta Dios a nuestras vidas a través de los miembros de esta comunidad educativa, la esperanza de que esta luz nos acompañe durante este curso e ilumine toda nuestra vida.
Con la alegría por el motivo que hoy reunió a los Sagrados Corazones y el deseo de hacer realidad nuestros sueños, se dio la bienvenida a este segundo semestre participando con alegría de esta celebración.
Docente Martha Silva
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